jueves, 5 de enero de 2012

Problemas de drogas alcoholismo y vicios.



    El aditivo para enfrentar la realidad sin el coraje natural y en donde el ser humano manifiesta sus fantasías creyendo en que no habrán depresiones por la impotencia que le lleva ante lo que tenga que enfrentar.
    En otras palabras: la droga genera el vicio y el vicio genera otra droga: ¡La Dependencia!
    Otros de los problemas habituales es el alcoholismo, estos problemas de alcoholismo pueden influir en la pareja, por lo general con maltratos.
    Los problemas de alcoholismo también influyen en lo laboral, llegado hasta perder el trabajo
    Los problemas de alcoholismo también influyen en lo familiar, ya sea con maltratos a hijos o a seres queridos cercanos.
El Camino a la Drogadicción o Alcoholismo
    La drogadicción cristiana es una experiencia desgarradora para los individuos, sus familiares, y las iglesias. Nadie se propone intencionalmente convertirse en un drogadicto o alcohólico declarado. Pero, a pesar de todas las advertencias, millones de personas se convierten en adictos. ¿Por qué? Porque antes de esa primera chupada, inhalada, o trago, la mente ya ha estado engañándose a sí misma al pensar: "No me convertiré en un adicto, yo sé cuándo parar, o, yo puedo soportar unos cuantos tragos o drogarme unas cuantas veces.
    Pero, la Palabra de Dios, la Biblia, va directo al corazón del problema al decirnos lo que las sustancias alucinógenas le hacen al corazón. ¿Por qué? A Dios le importan las personas adictas a químicos y desea lo mejor para ellas. El alcohol y las drogas le hacen más daño a un individuo de lo que se ve a simple vista.

    Oseas 4:11 dice: “Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.”
    Nuestro corazón está donde residen las emociones naturales que nos ha dado Dios. Perder nuestro corazón o juicio es perder nuestro deseo por las cosas naturales que Dios nos ha dado; como la familia, las relaciones saludables, un buen trabajo, y la ética moral. Por ejemplo, una persona puede dejar, y de hecho dejará a su familia por la botella o por las drogas. Esto no es natural; es inconcebible, como mínimo. Si no se perdiera el corazón o juicio, usted no podría pagarle a una persona dinero suficiente para dejar a sus seres queridos, sólo para emborracharse o drogarse repetidamente.
    Dios infundió en el corazón de cada persona el amar y el ser amado. Por ejemplo, las niñitas juegan a ser mamás ya desde los tres años, porque el criar ha sido infundido en sus corazones por Dios. Cuidar a un bebé le da placer al corazón, pero si el corazón se ha perdido, entonces la crianza se convierte en una carga.
    Es muy difícil razonar con alguien cuyo corazón ha sido cambiado y piensa de una manera antinatural. Usted pude señalar que Dios, la familia, y el trabajo son importantes y que el tomar o el drogarse están destruyendo sus relaciones en todas estas áreas, pero encontrará fricción y excusas. Antes de que la adicción tuviera lugar, la misma persona hubiera admitido que el tomar y el drogarse destruyen, pero después de que la adicción tiene lugar es muy difícil para ellos ver la destrucción que está teniendo lugar en sus vidas.
     Sólo Dios Puede Arreglar a un Corazón Adicto
    Ya que la drogadicción cristiana comienza en el corazón, el corazón es lo que necesita ser arreglado. Sólo Dios puede arreglar a un corazón adicto. El razonamiento humano sólo ayuda hasta cierto punto, pero la Palabra de Dios puede juzgar las actitudes del corazón.
    Hebreos 4:12 dice: "Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz. Y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón."
    En otras palabras, la Palabra de Dios puede revelar cosas del corazón que ni siquiera sabemos que existen. La Palabra de Dios es espíritu y verdad y si nuestros corazones han sido engañados, sólo la verdad de la palabra de Dios puede desengañarlos.
    Si una persona pudiera prever antes del abuso de la sustancia, el cambio antinatural que tendría lugar en su corazón, la mayoría de la gente se mantendría apartada de esta sustancia que altera el corazón. Dios nos lo advierte, porque nosotros no podemos ser más listos que una adicción. ¡Ella sí cambiará nuestros corazones! Dios diseñó el corazón, por lo tanto, Él sabe muchísimo más de lo que saben los doctores, psiquiatras, consejeros de abuso de sustancias, y los medios de comunicación, acerca del daño que le ocurre al corazón de un adicto.
    Sin Dios, no somos contrincantes ante la presión de los compañeros y el bombardeo de los medios de comunicación en cuanto a lo súper que es drogarse.
     Dios Ama al Adicto
    "Yo trate de estar en un programa de dependencia de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, y miré cómo adicto tras adicto trataban de arreglar sus vidas, sólo para encontrar que es mucho más difícil de lo que ellos podían haberse imaginado. Nadie quiere ser un drogadicto o un alcohólico, pero cuando incursionamos con lo que Dios nos ha advertido no hacer, lo inevitable sucederá. Perderemos nuestros corazones (cambiarán) y para el momento que nos demos cuenta de esto, seremos adictos y habrá ocurrido mucho daño”.
    "Dios ama al adicto y quiere liberarlo porque desea lo mejor para él. Él puede restaurar el corazón y darle sanidad a la vida del adicto si el adicto se vuelve a Él. ¿Cómo hace esto? Lo hace a través de Su Palabra. Su Palabra es vida y paz, sabiduría y sanidad, sana y poderosa. Está llena de amor y compasión para todos los que lo busquen.

    "Dios trabaja en la restauración y nadie puede restaurar como Dios. El Creador de todas las cosas puede restaurar. Él llenará el corazón con lo que es correcto y bueno, porque Él es el estándar. Él es más grande que todos nuestros problemas, dudas, y miedos. Él es amor, Él no tiene amor, Él es amor, y Él no nos ama poco o mucho. Él ama con todo Su ser. 1ra de Juan 4:8 dice: ‘…Dios es amor.’
        Reconozca que como seres humanos -- adictos o no -- necesitamos a Dios, porque no podemos lograrlo sin Él.
        Encuentre apoyo. Todos necesitamos involucrarnos en una iglesia que enseñe la Biblia, y el adicto no es una excepción. Encuentre un grupo de personas que lo apoye en su recuperación -- tanto físicamente como con el apoyo de la oración.
        Encuentre un tratamiento cristiano de drogadicción. Algunas iglesias tienen programas cristianos de recuperación de la drogadicción basados en la Biblia que pueden catapultar al adicto a una vida de sanidad, significado y propósito. Si su iglesia no tiene un programa como este, considere un centro cristiano de tratamiento de drogas o un programa cristiano de rehabilitación de drogas."
    Proverbios 4:20-23 nos exhorta: “Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hayan, y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida."